sábado, 12 de mayo de 2018

De cacería


Llevaba ya más de cinco horas oteando cada rincón de su territorio de caza y no había visto ni el menor indicio de algo comestible.
Sus tripas le estaban pidiendo a gritos algo que digerir y se removían inquietas. Por otra parte era ya media tarde y pronto la oscuridad le impediría hacer uso de su más que potente y agudo sentido de la vista.
Al fin a unos cincuenta metros distinguió la silueta de una paloma que planeaba seguramente buscando un posadero. Se preparó para la acción e inició un picado a una velocidad vertiginosa mientras su futura víctima parecía no darse cuenta de lo que se le venía encima…
Extendió las garras y expandió su cola para frenar un tanto su carrera con el fin de capturar su presa y entonces… entonces se dio cuenta de su error.
Sus afiladas garras rasgaron el plástico serigrafiado de la cometa y su cuerpo se enredó en las cuerdas continuando su velocísima caída como si de un paquete bien amarrado se tratase.

No hay comentarios:

Publicar un comentario