domingo, 30 de diciembre de 2018

PAISAJE


Se recortan los montes a lo lejos,
el trigal se despeña a nuestros pies
hasta el río que dibuja sobre el verde
sinuosos meandros plateados
bordeados de álamos y alisos
que persiguen su camino sin final.
La mañana levanta soñolienta
despertando el paisaje con su sol,
primavera cercana a su verano
que se acerca implacable sin remedio
a dorar las espigas de los trigos,
a secar sin remedio aquella mies.

jueves, 27 de diciembre de 2018

SÓLO UNA SOMBRA


Si los versos tachados
volvieran a rimar,
si los tiempos pasados
volvieran a vivir,
tendríamos quizás la nueva vida,
tendríamos, tal vez, nuevo existir,
un existir cargado de memoria
que no nos dejaría equivocarnos,
mas eso es imposible de durar.
Sería tan fútil, tan inútil
que no sería ya siquiera vida,
sólo una sombra nada más
que no merece palpitar.

lunes, 24 de diciembre de 2018

EN EL HOSPITAL


Tardes eternas,
tardes de hospital,
nunca se acaban,
tedio sin final.
Pasos sin rumbo
por el corredor,
mirada al suelo,
anda sin mirar.
Puertas cerradas,
se abre el ascensor,
llega la cena
desde el comedor,
dentro de un rato
se apaga la luz,
cambio de turno.
Otra tarde más.

jueves, 20 de diciembre de 2018

Siguiendo a la Estrella


─ Oye, Melchor, tengo una duda que no me deja dormir desde hace unos días.
─ Ya, me he dado cuenta de que estás inquieto últimamente y no sé el porqué.
─ Puede que yo sea un poco exagerado, pero hay algo que me come por dentro desde el domingo pasado.
─ Pues suéltalo ya, Gaspar, que me estás poniendo nervioso.
─ Es que no quiero preocuparte…
─ Pues lo has conseguido, ya me tienes en ascuas. ¿Qué es lo que pasa?
─ ¿Tú sabes que ha habido elecciones en Andalucía?
─ Sí, algo he oído en la radio. ¿Y qué?
─ Pues que con eso de que VOX ha entrado en el Parlamento Andaluz puede ser que tengamos problemas…
─ No sé de qué te preocupas porque Baltasar realmente no es negro, tú sabes que se pinta la cara.
─ Sí, pero los tres somos inmigrantes sin papeles.

lunes, 17 de diciembre de 2018

DESAYUNANDO


El café ya está humeando,
las tostadas en el fuego,
mantequilla y mermelada
ya esperan sobre la mesa.
Mi última ensoñación
aún flota por la cocina:
no me quiero despertar
y abandonarla, … perderla.
Ha sido un sueño contigo
como siempre que yo sueño,
ha sido un sueño precioso
que no quisiera olvidar
aunque tú ya me olvidaste
yo no te puedo dejar
ni siquiera en estos sueños
que sé que no son verdad.

sábado, 15 de diciembre de 2018

PENSAMIENTO


Nunca fue mi intención
adoctrinar a nadie
por muy analfabeto
que pudiera mostrarse
en todo lo tocante
a religión o ética,
porque soy tolerante
y no deseo a nadie
lo que tampoco quiero,
por eso lo reitero:
jamás fue mi intención
adoctrinar a nadie,
sólo con el ejemplo
expreso mi opinión.

jueves, 13 de diciembre de 2018

INDECISIÓN


No he decidido si después
de tanto anochecer
y tantas tardes de domingo
eternas sin saber qué hacer,
tampoco qué no-hacer
llenas de tedio y de suspiros.
Al fin se acaban y a empezar
una semana más, una semana menos.
Tenemos tanto que cambiar
que yo no sé empezar
por ningún sitio.
Quisiera que empezaras tú
y yo sólo seguir tus pasos como un niño.

lunes, 10 de diciembre de 2018

VIAJAR SIN RUMBO


Andar caminos sin retorno
porque no sabes lo que buscas
ni identificas lo que encuentras.
Viajar sin rumbo ni descanso
es una loca lotería
que nunca premia y nunca acaba
porque no sabes dónde llegas,
No le encuentras el norte
ni forma de poner final a tu destino.
Es imposible así viajar
ni decidir por cuál camino.

sábado, 8 de diciembre de 2018

Perfectos desconocidos


Viven en el mismo bloque de viviendas, pero, si alguna vez han coincidido en el ascensor, ni siquiera se saludan y no es que estén enfadados, no, es que no se conocen, vamos que se ignoran mutuamente.
Lo más curioso es que son parroquianos del mismo bar y allí, donde la relación entre los asistentes suele ser más fácil, ellos ocupan mesas contiguas y se sitúan “espalda contra espalda”, es decir, sin mirarse siquiera. Don Nicolás siempre pide cerveza y vino tinto de Rioja y don José vino fino de Moriles. Don Nicolás mira la televisión porque el televisor le queda frente a él y don José lee su periódico (el del bar no lo lee para no compartirlo con su vecino) y cuando hay partido de futbol, se da la vuelta para verlo por la tele pero siempre comenta las jugadas del equipo contrario al que defiende don Nicolás.
Únicamente   hay un asunto en el que, aunque ellos no lo saben, están totalmente de acuerdo: votan al mismo partido político.

jueves, 6 de diciembre de 2018

BALLET DE ESTRELLAS


En medio de la espesa
negrura de la noche
se encienden poco a poco
más de un millón de estrellas
que inician rutilantes
su ballet nocturnal
regido por la música
del sepulcral silencio
que lo preside todo,
que lo ensordece todo
con esa machacona
ausencia de sonidos.

viernes, 30 de noviembre de 2018

CREPÚSCULO


Entre las ramas secas
de aquél árbol desnudo,
va escapando la tarde
con paso decidido.
Sus luces ya se apagan
y, allá en el horizonte,
va dejando jirones
de su esplendor pasado
del color de violetas,
de rosas y naranjas.

martes, 27 de noviembre de 2018

AL ALGARROBO


Tu sombra acogedora me protege,
tu blando suelo de hojas recubierto
me sirve como asiento almohadillado,
amigo de mi siesta vespertina,
tú eres el mejor en mi jardín
para pasar el tórrido verano.
Tus flores no son bellas pero traen
millares de melíferas abejas
que zumban en las tardes del otoño
recolectando tu polen y tu néctar.

miércoles, 21 de noviembre de 2018

SINSENTIDO


Tal vez es que olvidé
aquello inolvidable,
quizás no me fijé
en lo que era evidente
ni tampoco encontré
lo que estaba en mi paso
pues cuando el corazón
galopa desbocado
es poco lo que pueden
descifrar los sentidos.

lunes, 19 de noviembre de 2018

LA PUERTA DE TU CASA


La puerta de tu casa está cerrada
y ya no tengo la llave para abrirla.
Si tú no me la das, yo no la pido
porque no quiero nada inmerecido.
Si quieres que volvamos a querernos
serás tú la encargada de decirlo
porque yo no me siento ya con fuerzas
para implorar siquiera tu cariño
pues la causa del fracaso quizás sea
el exceso de no tener presente
que tu amor sin mi amor y el mío sin el tuyo
no pueden existir, no son posibles.

sábado, 17 de noviembre de 2018

Mis crónicas de Palma: Entrega séptima


El Colegio Séneca fue (junto con los dos cursos en el Duque de Rivas de las Palmeras en Córdoba) el lugar donde pasé los mejores años de mi actividad docente.
El primer año llegamos sólo diez entre maestros y maestras pues había ocho aulas donde impartir las clases así que fueron de quinto a octavo de EGB las unidades que se pusieron en funcionamiento, si bien en el Colegio San Sebastián quedaron adscritas otras cuatro.
El centro escolar no tenía cerramiento y la mitad estaba en obras por lo que el trabajo diario y, sobre todo en los recreos, era bastante complicado de hacer.
Durante los dieciséis años que estuve dando clases en el Colegio Séneca fueron muchas las cosas que pasaron y que iré refiriendo en entregas posteriores pero no cabe duda que fue un tiempo determinante para perfilar mi estilo docente que aún no estaba demasiado claro y que mis alumnos y alumnas fueron moldeando junto a mí mismo como artífices conjuntos de lo que fue mi futuro quehacer como maestro.

jueves, 15 de noviembre de 2018

Mis crónicas de Palma: Sexta entrega


         Durante mis primeros años en Palma sucedieron las primeras elecciones locales democráticas de mi vida.
         En 1979 fueron las Elecciones Municipales que supusieron el fin de los Ayuntamientos franquistas. El resultado fue bastante disperso y así UCD consiguió mayoría pero no suficiente para gobernar y fue la coalición entre PSOE y PCE la que llevó a la alcaldía a Manuel López Maraver.
         Es curioso anotar que en el reparto de tareas fueron tenidos en cuenta los ediles de UCD, cosa que en la actualidad sería algo impensable darles responsabilidades a los miembros de la oposición. El momento era de una ingenuidad palpable aunque poco duró aquella situación.
         En 1980 tuvimos el Referéndum por la Autonomía de Andalucía. Yo pertenecía entonces a una ONG llamada “Solidaridad Andaluza” y participé activamente en la propaganda puerta a puerta a favor del “sí”.
         Entre 1979 y 1981 participé como redactor jefe en el Boletín Informativo Municipal “Palma” junto a mi director Julián Díaz y un grupo de entusiastas entre los que estaban Manolo Morales Pérez, Amparo Moríñigo, Antonio Ortiz Ruperto y Paco Godoy Ruiz.
         Eran aquellos tiempos un tanto revueltos en los que los antidisturbios visitaron nuestra ciudad bastantes veces.
         En febrero del 81 el golpe de estado de Tejero me produjo un susto tremendo y me pasé toda la noche pegado a la radio para tratar de averiguar el desarrollo de los acontecimientos.


lunes, 12 de noviembre de 2018

AL POZO DEL BROCAL ROTO


Ya son muchos los años que han pasado,
por eso tu brocal ya se hizo polvo,
se muestra como ruina del pasado
que otrora parecía esplendoroso.
Yo sueño con tu soga y con tu cubo,
tu carrucha y el agua cristalina
que saciaba mi sed cuando a escondidas
de mis padres bebía de pequeño.
Tú estás siempre presente en mis recuerdos
que volarán conmigo a otros lugares
recónditos, perdidos… a otro tiempo.

sábado, 10 de noviembre de 2018

Mis crónicas de Palma: Entrada número cinco


         A partir del curso 1979-80 y hasta el 1995-96 estuve destinado en el Colegio Público Séneca que surgió como por arte de magia a partir de dos ampliaciones (teóricamente hablando) de los Colegios Primo de Rivera y San Sebastián. Digo teóricamente porque dichos centros escolares distaban un par de kilómetros de la ubicación de sus respectivas ampliaciones que “misteriosamente” aparecieron juntas y se convirtieron en un nuevo colegio que, entre otras cosas, necesitaba un transporte escolar que no estaba previsto pero como, en esa época, todo tenía solución, se hizo un desdoble con los autocares que transportaban a los alumnos del Colegio Duque de Rivas y “a otra cosa mariposa”: los maestros y maestras a esperar, vigilando a los alumnos y alumnas, hasta que volviesen los autocares que habían llevado a los del Duque de Rivas, con lo cual sólo teníamos dos horas para comer y descansar antes de la jornada de tarde.
         El primer año comíamos en el Bar Alconchel pero, a partir del siguiente curso, nos habituamos a tapear en el Bar del “Zapaterillo” que estaba en la esquina de la Avenida de la Paz con la de Goya, donde teníamos nuestro domicilio.

viernes, 9 de noviembre de 2018

Mis crónicas de Palma: Cuarta entrega


Martina almorzaba en el comedor de su colegio y yo, como en el mío no lo había, me apunté a comer en un bar que me cogía a mitad de camino de mi casa: “El Bar Alconchel”, donde coincidía con un pariente de mi mujer que estaba en el Colegio del Ferrobús, Paco Moreno y con un diácono que estaba adscrito a la Parroquia de San Francisco, Manolo Vida.
El bar estaba regentado por la familia Romero Alconchel, Antonio y su hijo Mario en la barra y Cándida en sus fogones haciendo cada día que nos “chupáramos” los dedos con sus guisos al estilo de la cocina “granaína”.
Se comía tan bien que el curso siguiente (cuando Martina y yo estábamos en el Colegio Séneca) nos quedamos a comer los dos junto con un compañero nuevo, Adolfo Etchemendi.
El caso es que, aunque han pasado muchos años, sigo conservando mi amistad con Mario y con su madre pues Antonio Romero, el padre, falleció.

miércoles, 7 de noviembre de 2018

Mis crónicas de Palma: Entrega tercera


         El mercadillo lo ponían delante del colegio los martes (de ahí el nombre que recibe “El Martes”) y las madres venían durante el recreo a llevarse a sus retoños para comprarles alguna prenda de ropa, eso sí, después los devolvían al colegio aunque hubiera terminado ya el tiempo de recreo.
         El desplazamiento desde mi casa hasta el colegio lo hacía por la Carretera de La Campana (hoy Avenida de Andalucía) que era, como su propio nombre indica, una carretera con sus cunetas de tierra que también se convertía en barro y charcos cuando llovía. Como Martina, mi mujer, había caído en el Colegio Duque de Rivas (hoy Carmona Sosa) ella solía llevarse el coche porque su desplazamiento era más largo y yo, cuando coincidía en horario con mi compañero Pepe González, me desplazaba con él en su coche, pero cuando esto no era posible tenía que sortear los charcos como buenamente podía y más de una vez llegué al colegio con los pies totalmente empapados de agua.
La verdad sea dicha, aquello distaba mucho de parecerse a lo que hoy es la Avenida por más que, de cuando en cuando, alguna baldosa suelta te ponga perdidos de agua los pantalones.

lunes, 5 de noviembre de 2018

Mis crónicas de Palma: Segunda entrega


         Mi primer destino fue el colegio que se ubicaba en el barrio de la Soledad y que era conocido como Colegio Duque y Flores aunque en realidad era una sección del Colegio San Sebastián que se ubicaba, como hoy en día, al final del Paseo Alfonso XIII.
         El centro escolar era de lo más deprimente que uno se podía echar a la cara: tres micro escuelas dobles y un par de aulas de construcción antigua.
         Las micro estaban en un estado deplorable con los techos de uralita rajados que se calaban en cuanto comenzaba a llover y el patio era fiel reflejo de lo que era todo el barrio: una pequeña extensión de tierra con una cancha de cemento cuarteado para intentar jugar al baloncesto.
         La minúscula y tenebrosa (sólo tenía un ventanuco) sala de profesores era el lugar donde nos reuníamos los maestros que estábamos libres de clase para “arreglar el país”, corregir y preparar las clases.

        

sábado, 3 de noviembre de 2018

Mis crónicas de Palma: Primera Entrega


Nunca me había planteado escribir sobre mi vida en Palma del Río, pero fue algo que escuché en el informativo de la emisora local, Radio Palma, en el que un político de segunda fila se permitía opinar sobre la historia reciente de la población, lo que me hizo concebir una crónica de mis días en esta pequeña ciudad que me acoge desde hace ya cuarenta años.
Cuando allá por las postrimerías del mes de Julio de 1978 aterricé junto con mi mujer en estos lares, Palma del Río era un lugar muy diferente a lo que podemos ver en nuestros días.
Las calles del barrio de la Soledad eran todas terrizas con lo que cuando llovía se convertían en barrizales intransitables cuyos charcos continuaban haciendo incómoda la vida en aquél barrio donde moraban los habitantes de las clases más populares (por no decir pobres) del pueblo.


miércoles, 31 de octubre de 2018

Patrañas


Hoy no puedo escribir poesía ni tampoco ningún relato de ficción, hoy me toca hablar de la realidad sobre todo después de lo que acabo de escuchar en el informativo de Radio Palma:
El señor Nieto no se entera de nada, es un candidato totalmente impresentable pues desconoce todo lo que ha sucedido en nuestra tierra a lo largo de los últimos cuarenta años.
Si para él nuestra ciudad no ha avanzado nada en este lapso de tiempo es porque su ceguera es tal que no ve nada más allá de sus narices o porque lo suyo es mentir y tratar de engañar a los votantes de Palma del Río, cosa que será bastante difícil utilizando tales argumentos que carecen de fundamento y que, por simplistas, no pueden engañar a nadie. Me cabrea soberanamente que este señor piense que soy tan poco inteligente como para tragarme sus patrañas y, después de oír sus tonterías en la radio no he podido menos que escribir estas pobres líneas para tratar de sacarle de su error.
Pregunte a sus adláteres palmeños que, si no quieren mentir, le dirán que está usted totalmente equivocado y es que LA IGNORANCIA ES (en su caso) DEMASIADO ATREVIDA.

lunes, 29 de octubre de 2018

NARANJALES DE PALMA


Sangre de ríos que riegan nuestras huertas,
océano verde que cubre nuestras tierras
es la naranja la reina de estos campos
y el azahar su nieve en primavera.
Cuando el dorado color de la naranja
refleja el sol de las frescas mañanas,
viene a mi mente el día que llegué
y no veo fin a estar dentro de Palma.
Nunca pensé abandonar mi Córdoba
pero encontré este lugar sagrado
y ya no pude por más que lo intenté
desarraigar mi cuerpo de esta casa.

miércoles, 24 de octubre de 2018

NO FÍES A LA SUERTE


Amores que no tienen quien les ame,
quereres que no son correspondidos,
que nunca se sintieron complacidos,
que siempre fueron fieles y leales.
Tan sólo se sintieron traicionados
al ver cómo quedaban despojados
de todo lo que habían acumulado,
de todo lo que era sólo suyo.
Pues todo lo fiaron a una carta
y no tuvieron suerte en el envite,
maldita sea la carta indeseada,
maldita la ilusión que así perdiste.

lunes, 22 de octubre de 2018

LAS NARANJAS DE PALMA


Mañanitas de otoño,
tarde amanece,
relente en los naranjos
que ya muestran sus frutos
coloreando
y temiendo tijeras
que les separen
de las ramas del árbol
para llevarlos
lejos de nuestra tierra,
a otros lugares,
donde gentes extrañas
los saborean
sin llegar a su punto de madurez.
Yo los cojo en invierno
cuando en sazón
presentan ya sabores
extraordinarios.

jueves, 18 de octubre de 2018

CANCIÓN


Canta el pájaro en su jaula
zumba la abeja en la flor
silba el viento en la aliseda
calla en silencio mi amor
sin saber cómo decirte
que me enciende la pasión
que aunque el tiempo se escapara
y te marcharas con él,
yo seguiría tu rastro,
preguntaría en la aliseda
y a la abeja de la flor
pero nunca al pajarillo
porque encerrado en su jaula
no conoce lo que hay fuera
y no me puede orientar
hacia ese lugar que esconde
tus caricias y tus besos
que se marcharon de mí.

lunes, 15 de octubre de 2018

La deuda impagada (y 9)


Tomó el sobre que le tendía ella y sólo pudo articular un “Gracias” con voz pastosa.
No se preocupe, joven, no tiene nada que agradecerme, ayudándole a usted también cumplo una venganza que estaba cocinando desde hace mucho tiempo. ─ Tomó aire y continuó. ─ Vaya a ver al malnacido de don Aurelio y dígale que tiene el sobre, pero antes póngalo en manos de alguien de su entera confianza por si acaso.
El viaje de vuelta fue para Nicolás como un bálsamo que milagrosamente le curó de la fiebre y de su preocupación principal pues creyó a pies juntillas todo lo que le dijo la misteriosa señora.
A la mañana siguiente se encaminó a la casa del cacique no sin antes dejar el sobre en el despacho del abogado que le llevaba el papeleo del taller y que se alegró de verle sobre todo viendo el inmejorable aspecto que presentaba de nuevo Nicolás.
Llegado pues a la puerta del caserón donde vivía don Aurelio, llamó a la puerta y, enseguida, le abrió el administrador como si le hubiera estado esperando.
Esta vez no tuvo que esperar más de tres o cuatro minutos y don Aurelio le recibió en su despacho:
¿No me digas que vienes a pagarme? ─ Preguntó fingiendo sorpresa.
No, tengo algo mejor. ─ Contestó Nicolás serenamente.
No será otro trato para alargar los plazos, ¿verdad?
Pues no, simplemente vengo a comunicarle que tengo el sobre.
Y ¿se puede saber qué sobre es ése?
Uno que me dio cierta señora y que me dijo que debía comunicárselo a usted.
Nicolás vio cómo el fulano palidecía y dirigía una mirada interrogante al administrador que lo presenciaba todo de pie junto a la puerta.
¿Dónde están los papeles que firmó Nicolás? ─ Rugió.
El administrador rebuscó en el archivador y, no encontrando nada, contestó:
─ Lo siento don Aurelio, pero aquí no hay nada de eso. Sólo están los demás contratos y las escrituras de sus propiedades.
─ Bueno, ─ dijo Nicolás sonriendo. ─ Ya que no tengo que hacer frente a ninguna deuda, lo mejor es que les deje a ustedes con su tarea y me vuelva a mi casa.
─ No creas que esto se acaba aquí, joven, los papeles aparecerán y, entonces, no tendré piedad de ti, te denunciaré e irás a la cárcel por deudas.  ─ Gritó desde el despacho don Aurelio mientras Nicolás salía a la calle y caminaba feliz por su buena suerte.
Al cabo de un buen rato, y ya en su casa, Nicolás estaba tratando de adivinar quién era el responsable del robo que había sufrido el cacique y cómo habría ido todo a parar a sus manos de parte de la señora, cuando sonó el teléfono:
─ Hola, Nicolás, soy el administrador del canalla de don Aurelio. La señora está muy contenta de que todo haya sucedido según lo previsto…
Y, sin más, colgó el teléfono.



sábado, 13 de octubre de 2018

La deuda impagada (8)


Se encontró en un salón rectangular donde había un tresillo y un par de mesas. Al fondo un aparador y a la derecha una chimenea apagada que tenía junto a ella dos sillones orejeros. La mujer estaba de pie junto a una de las mesas…
 ─ Bienvenido, señor … bueno… no importa su apellido y, tal vez es mejor que no lo sepa siquiera, al fin y al cabo, el mío tampoco es Mirabueno y esta no es mi casa. ─ Hizo un inciso como para coger aliento y prosiguió: ─ Después de esta entrevista espero que no nos volvamos a ver, a no ser que las cosas no sucedan como tengo previsto…
Ella era delgada y de buena estatura. Vestía una bata larga de satén negro que la hacía si cabe más esbelta y su rostro era invisible a través del velo que lo disimulaba y que caía desde un moño alto con el que llevaba recogidos los grises cabellos.
Nicolás permanecía mudo escuchándola como si se hubiera quedado ensimismado… La voz de la señora le volvió a la realidad.
He sabido por alguien de mi total confianza que ha sido usted víctima del canalla de mi… de don Aurelio que le tiene cogido de tal manera que no encuentra usted escapatoria alguna…
Nicolás asintió con la cabeza pues no le salía la voz del cuerpo.
Pues bien ─ continuó la anciana ─ yo le voy a sacar del atolladero. ─ Y diciendo esto rebuscó en una bolsa que tenía sobre una de las mesas del salón sacando un sobre de tamaño folio que le alargó a Nicolás…


jueves, 11 de octubre de 2018

La deuda impagada (7)


Se arregló un poco el pelo y se compuso el cuello de la camisa. Bajó del vehículo y se dirigió a la puerta donde buscó el timbre, pero al no encontrarlo, golpeó un par de veces con el reluciente aldabón que había incrustado sobre la mirilla.
Al cabo unos pasos se acercaron al otro lado de la puerta que se abrió:
Buenas tardes ─ Fue el saludo de la persona que le había abierto la puerta y le interrogaba con la mirada.
Buenas tardes, ¿vive aquí la señora Mirabueno?
Sí señor, ¿quién pregunta por ella? ─ Inquirió la criada con voz neutra.
Me llamo Nicolás…
Ya, pase, la señora le está esperando. ─ Dijo ella sin dejarle terminar la frase.
Nicolás penetró en la penumbra del zaguán y esperó a que la criada cerrase la puerta. Luego la siguió a través de una acristalada galería hasta que ella le indicó que esperara mientras entraba en una estancia situada al final.
En un par de minutos la criada le franqueó la entrada y, con un gesto, le hizo pasar…


martes, 9 de octubre de 2018

La deuda impagada (6)


Con todo este bullir de recuerdos en su cabeza, Nicolás siguió caminando y, cuando quiso darse cuenta, la silueta de una gasolinera se recortó a lo lejos. El último trecho lo recorrió en un tiempo record y, al llegar a la pequeña estación de servicio, preguntó al expendedor si tenía el teléfono de un taller que no estuviese muy lejano.
Mi primo tiene un taller en el pueblo. ─ Comentó el interpelado.
¿Y está muy lejos? ─ Insistió Nicolás.
Sólo está a cinco o seis kilómetros… Si quiere le puedo llamar.
¿Y podría remolcar mi camioneta?
Por supuesto.
Pues entonces, llámele, por favor.
El individuo sacó su teléfono móvil y marcó un número. Al poco una voz contestó y el gasolinero le explicó el caso de Nicolás.
Estaba anocheciendo ya cuando Nicolás estacionó su camioneta junto al edificio que mostraba el número 72 de la Avenida Principal. Estaba sudando a causa de la fiebre que padecía desde hacía cuatro días. Era una simple gripe pero le había afectado bastante y, sobre todo, en el peor momento, cuando recibió la llamada de teléfono. Primero pensó posponer el viaje pero después el intrigante mensaje de la misteriosa mujer le hizo tomar la decisión de viajar aun cuando estaba enfermo…


domingo, 7 de octubre de 2018

La deuda impagada (5)


Era tal la cara de descomposición que tenía cuando regresó a casa de su madre que, interrogado por ello, no tuvo más remedio que contarle el episodio acaecido en casa de don Aurelio.
La madre no dijo nada y guardó la preocupación para sus adentros de tal manera que, con el tiempo, se fue apagando poco a poco inmersa en una profunda depresión que la llevó a la muerte en menos de año y medio.
Cuando Nicolás se quedó solo en el mundo se dio cuenta de lo difícil que sería cumplir con lo que se había comprometido. Buscó trabajo por todas partes pero el cacique ya se había encargado de amenazar a quienes le contrataran así que cerró su taller y se marchó a otra ciudad para intentar ahorrar el dinero que tendría que pagar dentro de poco más de dos años.
El caso fue que, cuando sólo faltaban dos meses para que se cumpliera el fatídico plazo, recibió una noticia bastante extraña: una persona le preguntaba por carta cómo se llamaban sus padres y cuál era su lugar de nacimiento.
En principio no hizo mucho caso de la misiva pero una semana después de recibirla, decidió contestar al remitente (un tal M. Mirabueno) y adjuntar su número de teléfono.
No fue hasta dos semanas después cuando recibió la llamada de teléfono: “Si es usted el Nicolás que yo busco, venga a verme a la siguiente dirección…” fue la frase que, dicha con voz femenina, escuchó al otro lado de la línea y así fue como comenzó la aciaga aventura del viaje en el que la camioneta se había averiado.


viernes, 5 de octubre de 2018

La deuda impagada (4)


¿No vendrás a pedirme que te pague el trabajo? ─ La voz de don Aurelio resonó en el silencio y Nicolás la sintió como un bofetón en plena cara.
El silencio era espeso, se diría que podría cortarse con un cuchillo, hasta que Nicolás se rehízo y contestó con voz clara y serena:
No exactamente, vengo a proponerle un trato…
El cacique se volvió lentamente y clavó en Nicolás una mirada interrogante.
Un trato, un trato, ─ dijo arrastrando las palabras, ─ y qué trato se te ha ocurrido proponerme, si se puede saber.
Pues que tome usted su deuda conmigo como un primer pago del total que le dejó a deber mi padre y el resto se lo iré pagando con trabajos en sus fincas y con lo que pueda ahorrar.
La carcajada rellenó el espacioso despacho y don Aurelio incluso llegó a atragantarse con la risa.
¿Me tomas por tonto? El tiempo del pago se acabó y sólo tengo que ejecutar el embargo sobre los bienes de tu madre… ¡Idiota! Y va el muy tonto y me propone un trato. ¿Pero quién te crees que eres, majadero?
Sólo quiero que mi madre no sufra la vergüenza de que la echen de su casa…
Mira, cateto, me voy a sentir magnánimo y te voy a dar un plazo de cuatro años pero me pagarás el doble y de una sola vez y, además, pondrás como garantía tu propia casa y el taller. ¿Qué te parece?
Nicolás estaba entre la espada y la pared y aceptó la propuesta por más que la consideraba imposible de cumplir, pero no tenía alternativa así que firmó los papeles que trajo el administrador y se volvió a casa de su madre…